jueves, 26 de marzo de 2015

"Perfectos desconocidos"


Las etiquetas son para los comercios, en la vida real eso sirve de poco, como si de una partida de póker cada uno juega sus cartas, hasta tal punto que la persona más cercana es la mayor desconocida.

La "Teoría del Miedo" que pretenden infundir algunos colectivos y la gestión del caos es sólo el principio. 

Cada año en España se separan o divorcian más de 95.000 parejas. Un dato demoledor. Un síntoma que alerta sobre el desconocimiento absoluto que tenemos del prójimo. 

Por eso es aconsejable, no perder nunca la independencia económica y laboral, binomio apropiado para poder tomar decisiones personales.

Este breve artículo, no busca el recelo entre personas, sino la reflexión sobre si nos preocupa conocernos, en la medida real y posible.

Perfiles de éxito online a menudo son auténticos desastres en sus vidas reales y viceversa. Bien poco sirven sus perfiles en cuentas como Facebook, Twitter o Linkedin, donde todos fingen, en mayor o menor medida. 

Perfectos desconocidos en la Sociedad de la Información compartida. En la desinformación más socializada, espiral del desorden que todo ordena bajo la falacia.

Y ahora nos preguntamos, quién era Andreas G. Lubitz, pues vaya usted a saber, un canalla sin duda. Un canalla preparado para jugar con la vida de todos. Repito, todos.

Pero ¿conocemos a nuestros vecinos, a nuestras parejas, a nuestros amigos? Les adelanto la respuesta, no.

Al final somos unos perfectos desconocidos, buenos días a todos. Perdone, ¿su nombre?.